Cuando el sol arrecia, que agradable es encontrar una sombra donde echarse una siesta o leer un libro, todo ello, claro está, alrededor de una casa como esta. Sin grandes pretensiones esta vivienda de
planta baja permite disfrutar de la vida del campo como cualquier otra.
A
Rústicas nos encanta ver esos colores de un medio día con el sol reluciente, el verde del césped, por cierto a este le hace falta un corte, el cielo sin nubes y entre ellos los distintos tonos de la piedra.
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